lunes, 9 de junio de 2014

El bambú

Cuenta una leyenda japonesa que un campesino encontró una niña pequeña en una enorme caña de bambú. Se la llevó a casa y la crió como una hija propia, y la niña se convirtió en la joven más bella y dulce de todo Japón, haciendo caer rendidos a todos los jóvenes del lugar. Hasta el emperador pidió su mano, y la joven le envío una carta en la que rechazaba su proposición. El emperador, triste, quemó la carta en la cima del Fuji Yama, lugar en el que perduran las nubes del humo producido por esta pena.

El bambú es símbolo de modestia y longevidad, de paz y serenidad. De constancia. Símbolo, también, de buenos augurios. Su tallo recto simboliza la determinación y su hueco interior es la apertura del espíritu.

El FengShui le atribuye propiedades relacionadas con la energía positiva que llegará a aquella estancia donde se coloque. De su dueño nos dice que sabe adaptarse a las situaciones cambiantes, sorteando los obstáculos y sobreponiéndose a aquello que entraña dificultad en la vida con más plenitud y fuerza. Resilencia.

Bienvenido a mi habitación con bambú.